La oruga del boj (Cydalima perspectalis) es una plaga que lleva a los arbustos del boj hasta la muerte. En primera instancia devora las hojas y deja a las plantas muy debilitadas. En segunda instancia y con las hojas ya esquilmadas, come la corteza de este arbusto, haciendo imposible un rebrote.

Esta plaga tiene un ciclo complejo con varios estadíos. Sin embargo, los que más nos interesan son dos: las orugas que defolian y las polillas que ponen los huevos de los que saldrán nuevas orugas defoliadoras.
Pero la pregunta es, ¿se puede controlar?
La respuesta es sí. De varias maneras. Usando insecticidas sintéticos, insecticidas ecológicos y usando feromonas para la confusión sexual de los adultos (polillas).
En el siguiente vídeo, además de comprobar cómo las orugas se pueden descolgar de árboles altos usando hilo a modo de SPIDERMAN, podéis ver los efectos devastadores sobre una hilera de boj. En 2019 los setos que aparecen, fueron tratados con Bacillus thuringiensis aizawai una bacteria que provoca en cuestión de horas la muerte de las orugas. El tratamiento fue muy efectivo, además de ecológico, y los boj se pudieron recuperar considerablemente pues rebrotaron casi totalmente.
Ya en 2020 instalamos una trampa de confusión sexual de feromonas que atraen a los machos de la polilla y quedan pegados evitando que se puedan reproducir. Sin embargo, debido al confinamiento, no se pudo tratar con Bacillus thuringiensis ni instalar las trampas de feromonas hasta hace dos semanas. Se ha llegado tarde. Quizás ahora sólo se pueda salvar una o dos plantas…
Lo ideal sería detectar el ataque en un estadío temprano (lo cual es complicado pues las orugas comienzan en la parte de abajo y más escondida de la planta). Y para tratar tal y como nos muestra Plagamap existen soluciones contra nuestra «querida» oruga Cydalima perspectalis en varios países (fundamentalmente europeos y Canadá) tal como se ve en el siguiente mapa:

Tales soluciones aparecen resumidas en esta muestra de informe de la base de datos Homologa. Como podéis ver existen registros de fitosanitarios sintéticos (acetamiprid, lambda-cyhalotrina) y fitosanitarios biológicos (varias subespecies de Bacillus thuringiensis)

También os dejo por aquí los datos acerca de dosis, cultivos y modo de empleo del Bacillus thuringiensis que hemos empleado (para cálculo de dosis en mochila puedes ver este vídeo):

Por último y haciendo alusión a los LMR (límite máximo de resíduos), tema principal de este blog, los fitosanitarios ecológicos no suelen tener plazo de seguridad (como en este caso, al final de la columna derecha se lee «PLAZO DE SEGURIDAD: No procede»). No obstante, algunas cepas de Bacillus thuringiensis pueden dar lugar a la toxina, la β-exotoxin que puede resultar tóxica no sólo a los insectos sino también a los mamíferos (se incluye a los humanos).
De hecho, el estándar privado holandés de ornamentales MPS (para saber lo que es un estándar privado puedes ver este otro vídeo) incluye a la β-exotoxina como sustancia prohibida. Es decir, si somos un vivero y queremos que nuestras plantas lleven el certificado de MPS, tales plantas no pueden tener resíduo de β-exotoxina. Por eso, es bueno que antes de usar cualquier Bacillus thuringiensis indiscriminadamente te informes bien de tus necesidades.
Para más información, podéis dejarnos un comentario o bien escribirnos a limitemaximoresiduos@gmail.com
¡Un saludo limareños!