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¿Qué tienen que ver los fitosanitarios con la emergencia climática ?

Respondiendo a la pregunta, poco. Los fitosanitarios impactan en mayor o menor medida en el clima al igual que la inmensa mayoría de actividades humanas. Sin embargo, rizando el rizo , en su día, escribí una entrada sobre cómo los fitosanitarios pueden poner su granito de arena para solucionar el mayor problema de la humanidad.

Creo que los blogs de fitosanitarios, como éste deberían hablar todas las semanas de la emergencia climática, también las revistas de perros, las asociaciones de fumadores de pipa, los terraplanistas y absolutamente todo el mundo. ¡Nos va la vida en ello! La nuestra y la de cientos de miles de las futuras generaciones.

La emergencia climática provoca y provocará migraciones y por consiguiente millones de desplazados. Millones de vidas destrozadas y lo peor de todo , puede pulverizar la calidad de vida de mucha gente que todavía no ha nacido.

¿Y cómo evitarlo? ¿Qué puedo hacer yo como ciudadano del mundo en singular?
Lo primero de todo, consumir lo menos posible. Si no hay consumo te aseguro que no habrá emisiones de efecto invernadero. Quizás aún así no sea suficiente. Quizás aunque sólo consumamos lo absolutamente imprescindible para no rebajar nuestra calidad de vida, no baste. Somos 8 mil millones de humanos…

Aún así hay que intentarlo. Empecemos por consumir los menos fitosanitarios posibles y de paso nos aseguraremos que nuestros productos agrícolas cumplen con los LMR. Aquí una guía sobre cómo calcular la dosis de fitosanitario (por si puede ayudar a consumir un poco menos):

1. Cómo calcular la dosis de fitosanitario

Medidor para aplicar la correcta cantidad de fitosanitario por mochila. A veces si perdemos el medidor o lo mezclamos con otros, no sabemos qué dosis aplicar, en este guía explicamos como recalcularla.

¡Aplica el menor fitosanitario necesario, mejor para el medio ambiente y para tu bolsillo!

Pesticidas, animales, fertilizantes y energía

Hace un tiempo lei un libro llamado ‘A history of pesticides‘, hoy he regresado a él durante mis vacaciones pues me acordé de algunas fotos que me resultaron sorprendentes.

Por ejemplo, no sabía que todavía en los 60 existían carros pulverizadores tirados por animales. La foto a continuación es más antigua pero sirve para mostrar cómo funcionaba antes la protección de cultivos.

https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/6/67/The_agricultural_experiment_stations_in_the_United_States_%281900%29_%2814802224913%29.jpg

Curiosamente, todavía existen hoy en día equipos para pulverizar cultivos con la ayuda de la fuerza animal. Es el caso del ‘burrojet’ de Brasil

https://www.canalagricola.com.br/pulverizacao/pulverizadores/tracao-animal/pulverizador-de-tracao-animal-tipo-burrojet-com-2-haste-e-tanque-100-litros-mecjegue-564

No sólo se usan en Brasil, sino también en otros lugares con motivos distintos, por ejemplo los que aplican la agricultura biodinámica. En la siguiente foto un burro utilizado para pulverizar silicato de cuerno. En este caso el burro está fertilizando pero bueno, sirve para ilustrar los usos de animales actualmente.

https://www.duengerpraeparate.ch/fileadmin/user_upload/fotos/spritzen/Eselspritze.jpg

Estas imágenes me llevan a pensar en otro libro que lei durante las vacaciones de 2023: https://en.wikipedia.org/wiki/Energy_and_Civilization:_A_History En el, se analiza cuanta energía y por tanto qué proporción de cosecha necesitaban los animales para poder realizar las pesadas tareas de arado, cosecha, etc.

Sólo llegué a una conclusión, los animales nos ayudaron mucho en el pasado a crecer como civilización, espero que no tengamos que volver a ellos cuando agotemos los combustibles fósiles. Hay que recordar que la mitad de la población mundial se sostiene gracias al ciclo de Bosch-Haber

Fritz Haber. By Unknown author – https://beeldbank.spaarnestadphoto.com/search.pp?flush=1&multikeyword=SFA002023057&searchtype=0#ctr-thumbnails, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=146075789


¿Por qué?

El proceso Haber-Bosch (desarrollado a inicios del siglo XX por Fritz Haber y Carl Bosch) permite fijar nitrógeno atmosférico (N₂) para producir amoníaco (NH₃). Ese amoníaco es la base de los fertilizantes nitrogenados sintéticos, que revolucionaron la agricultura al multiplicar la productividad de los cultivos.

Antes de este proceso, el nitrógeno agrícola dependía de fuentes naturales limitadas: estiércol, compost, guano, leguminosas.

Por último, dejo este gráfico que simula como evolucionaría la población mundial si no existiese el ciclo Bosch-Haber (En azul la población actual, en rojo la población actual si no existiese tal ciclo)

https://ourworldindata.org/grapher/world-population-with-and-without-fertilizer


¿Qué hace falta para fabricar un fitosanitario de interferencia  de ARN (RNAi)?

Para qué voy a escribir si lo hace la IA… Aquí va:

La fabricación de fitosanitarios basados en ARN (interferencia por ARN o RNAi) es un proceso complejo que requiere conocimientos avanzados en biotecnología, química y biología molecular. A continuación, se describen los componentes y pasos necesarios para su desarrollo:

1. Infraestructura y equipamiento

Laboratorios especializados: Instalaciones de biotecnología con equipos para trabajar con ARN (cabinas estériles, PCR, centrifugas, espectrofotómetros, etc.).

Reactores biológicos: Para la producción de ARN en grandes cantidades.

Instrumentos de purificación: Sistemas para aislar ARN de alta calidad (por ejemplo, cromatografía o ultracentrifugación).

Instrumentos para tratar ARN

2. Diseño del ARN

Identificación de genes objetivo: Seleccionar genes específicos del organismo plaga que sean críticos para su supervivencia o reproducción.

Diseño de ARN de interferencia (ARNi): Crear secuencias de ARN bicatenario (dsRNA) complementarias al ARN mensajero (mRNA) del gen objetivo.

Herramientas bioinformáticas para prever efectos secundarios y optimizar la eficacia.

3. Producción de ARN

Síntesis química: Producción a partir de nucleótidos utilizando síntesis química controlada.

Síntesis in vitro: Usar sistemas de transcripción como T7 RNA polimerasa.

Producción en sistemas biológicos:

Bacterias modificadas (por ejemplo, Escherichia coli).

Plantas transgénicas que expresen ARN específico.

Hongos o levaduras como sistemas de producción.

4. Formulación

Estabilidad del ARN: Proteger las moléculas de ARN contra la degradación por RNasas presentes en el ambiente.

Uso de nanocápsulas, lípidos, polímeros o recubrimientos protectores.

Sistema de liberación: Desarrollar formulaciones que permitan la aplicación eficiente en el campo (sprays, polvos, etc.).

Adhesión y persistencia: Incluir compuestos que mejoren la adherencia a las plantas y prolonguen su efecto.

5. Pruebas y validación

Pruebas de laboratorio: Evaluar la eficacia del ARN en organismos plaga objetivo.

Ensayos de campo: Determinar la eficacia en condiciones reales y evaluar su impacto ambiental.

Toxicidad y seguridad: Asegurarse de que el fitosanitario no afecte a organismos no objetivo, como insectos benéficos, animales o humanos.

6. Cumplimiento normativo

Regulaciones locales: Cumplir con las normativas para el registro de bioplaguicidas (pueden variar según el país o región).

Estudios ambientales: Demostrar que el ARN no genera riesgos ecológicos significativos.

Escalado de producción: Implementar procesos para producir a gran escala de manera rentable.

7. Distribución y capacitación

Educación: Capacitar a los agricultores en el uso adecuado del fitosanitario.

Logística: Garantizar el transporte y almacenamiento en condiciones óptimas para mantener la estabilidad del ARN.

El desarrollo de fitosanitarios basados en ARN es una tecnología prometedora, pero requiere colaboración interdisciplinaria, recursos económicos significativos y un marco regulatorio bien definido.

La Evolución de las Semillas en la Agricultura: Desde la Domesticación hasta la Ingeniería Genética

Nota: Este artículo ha sido generado por ChatGPT. No hubiese sido capaz de hacer algo mejor, tan resumido y al grano…

La evolución de las semillas ha jugado un papel fundamental en el desarrollo de la agricultura, transformando no solo las plantas sino también las civilizaciones humanas. A través de la historia, las semillas han sido seleccionadas, cultivadas y modificadas para mejorar la productividad y resistencia de los cultivos. En este artículo, exploraremos cómo las semillas han evolucionado en la agricultura, desde la domesticación de las primeras especies hasta los avances modernos en biotecnología.

1. Orígenes: La Domesticación de las Plantas

La relación entre los humanos y las semillas comenzó hace unos 10,000 años, durante el Neolítico, cuando las primeras sociedades agrícolas emergieron en regiones como el Creciente Fértil, Mesoamérica, y Asia. Los primeros agricultores seleccionaron y sembraron semillas de las plantas más productivas, lo que condujo a la domesticación de especies como el trigo, el maíz y el arroz. Este proceso de selección artificial fue la primera forma de intervención humana en la evolución de las plantas, favoreciendo rasgos como el tamaño de la semilla, la facilidad de recolección y la resistencia a enfermedades.

Con el tiempo, las especies domesticadas fueron alterándose genéticamente para diferenciarse de sus contrapartes silvestres. Por ejemplo, el trigo silvestre tenía semillas pequeñas y difíciles de recolectar, pero los agricultores antiguos seleccionaron las variedades con espigas que no se rompían, facilitando la cosecha.

2. Mejoramiento Genético Tradicional

A medida que la agricultura se expandía por el mundo, los agricultores continuaron seleccionando las semillas de los cultivos que mostraban características deseables, como un mayor rendimiento, resistencia a las plagas o adaptación a diferentes climas. Este proceso de mejoramiento genético tradicional, que se basa en la selección de plantas con características deseables para el cruce, permitió la creación de variedades mejoradas a lo largo de siglos.

Uno de los hitos más importantes en la evolución de las semillas agrícolas fue la Revolución Verde, un movimiento en el siglo XX que introdujo variedades de alto rendimiento de cultivos como el arroz y el trigo, mejorando significativamente la producción de alimentos en muchas regiones del mundo. Este proceso involucró cruzamientos controlados y selección para producir semillas que aumentaron la productividad agrícola, reduciendo los riesgos de hambrunas.

3. La Revolución de las Semillas Híbridas

El desarrollo de las semillas híbridas en el siglo XX representó otro salto evolutivo en la agricultura. Las semillas híbridas son el resultado del cruce de dos plantas diferentes pero relacionadas, con el objetivo de combinar los mejores rasgos de ambas. Este proceso aprovecha el fenómeno del vigor híbrido o heterosis, que produce plantas más vigorosas, productivas y resistentes.

El maíz híbrido fue uno de los primeros cultivos en aprovechar esta tecnología a gran escala, revolucionando la producción en Estados Unidos durante la década de 1930. Las semillas híbridas se adoptaron rápidamente en otros cultivos, incrementando la productividad agrícola de manera exponencial en todo el mundo.

Sin embargo, las semillas híbridas presentan un desafío: no pueden reproducirse fielmente. Los agricultores deben comprar nuevas semillas híbridas cada temporada, ya que las semillas de la segunda generación no mantienen las mismas características favorables, lo que ha llevado a una mayor dependencia de las empresas de semillas.

4. La Revolución Genética y las Semillas Transgénicas

A finales del siglo XX y principios del XXI, la biotecnología transformó radicalmente la evolución de las semillas en la agricultura. La ingeniería genética permitió la creación de semillas transgénicas, aquellas que contienen genes de otras especies para mejorar ciertos rasgos. El maíz Bt, por ejemplo, contiene un gen de la bacteria Bacillus thuringiensis, que produce una proteína tóxica para ciertos insectos, protegiendo al cultivo de plagas sin necesidad de pesticidas.

La soja resistente al glifosato es otro ejemplo de semillas transgénicas que han sido diseñadas para tolerar herbicidas específicos, facilitando el control de malezas y aumentando el rendimiento de los cultivos.

Estas semillas han generado un debate significativo sobre su impacto en el medio ambiente, la salud humana y la biodiversidad. A pesar de las controversias, las semillas transgénicas se utilizan ampliamente en la agricultura moderna, especialmente en países como Estados Unidos, Brasil y Argentina.

5. Edición Genética: CRISPR y el Futuro de las Semillas

La última etapa en la evolución de las semillas en la agricultura es la edición genética mediante tecnologías como CRISPR-Cas9. A diferencia de la ingeniería transgénica tradicional, CRISPR permite modificar genes dentro del propio genoma de la planta sin introducir ADN de otras especies. Esto ha abierto la puerta a la creación de cultivos con mejoras precisas, como resistencia a enfermedades, tolerancia a la sequía o aumento del valor nutricional.

Este enfoque tiene el potencial de transformar la agricultura, ya que las plantas pueden ser mejoradas de manera más rápida y eficiente que con las técnicas de mejoramiento tradicionales o transgénicas. Además, la edición genética enfrenta menos resistencia política y regulatoria que los organismos genéticamente modificados (OGM).

6. Sostenibilidad y el Retorno a la Diversidad

A medida que la agricultura se enfrenta a desafíos como el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, muchos expertos están promoviendo el uso de semillas más diversas y locales. Durante el siglo XX, la agricultura se centró en unas pocas variedades de cultivos, lo que redujo la diversidad genética y aumentó la vulnerabilidad a plagas, enfermedades y cambios climáticos.

El movimiento de agroecología y la agricultura sostenible están impulsando un retorno a las semillas tradicionales y autóctonas que se adaptan mejor a los entornos locales. Estas semillas representan una rica fuente de diversidad genética que puede ser crucial para la resiliencia futura de los sistemas agrícolas.

Conclusión

La evolución de las semillas en la agricultura ha sido un proceso dinámico, impulsado por las necesidades humanas de alimentar a una población en constante crecimiento. Desde la domesticación inicial de las plantas hasta los avances modernos en biotecnología, las semillas han sido el núcleo del progreso agrícola. Con la llegada de nuevas tecnologías como la edición genética, el futuro de las semillas promete cambios aún más rápidos y profundos, lo que plantea tanto oportunidades como desafíos para la sostenibilidad y la seguridad alimentaria global.

Águilas como fitosanitario

En un lugar de la mancha donde abundan conejos me encontré por primera vez en mi vida con una pareja de águilas imperiales ibéricas.
Curiosamente, en ese mismo lugar se declaró en 2022 una emergencia por plaga de conejos. Siendo las plantaciones agrícolas afectadas por estos roedores.
Pues bien, de una manera totalmente gratuíta esta pareja de águilas está ayudando a controlar tal plaga ya que su dieta se conforma al 80% de conejos.

Sería muy útil que en La Mancha no hubiese grandes extensiones de campos de cultivo de forma continuada y se dejasen pequeños rodales de bosque mediterráneo en los que zorros o incluso águilas imperiales pudiesen reproducirse.

Soy consciente de que quizás las soluciones naturales no fuesen suficientes pero por lo menos ayudarían, además de ofrecernos grandes momentos observando tales maravillas de la naturaleza.

Os dejo por aquí un vídeo que les he grabado a estas preciosidades

Plaguicidas en el agua de consumo humano

En algunas partes de Salamanca y Zamora el agua del grifo no es potable debido a la contaminación con metalocloro (herbicida) del embalse de La Almendra (río Tormes)

Diversos medios cubren la noticia y hacen eco de las reclamaciones de distintas agrupaciones ecologistas. Alguna pide que se respeten las bandas de seguridad entre el cultivo y las masas de agua.

Imagen 1. Sección de la etiqueta de un plaguicida que contiene metalocloro. Una de las normas es usar el metalocloro sólo una vez cada tres años.

Si leemos la etiqueta de los productos que contienen metalocloro (ver imagen 1) podemos ver que para la mitigación de riesgos ambientales, es obligatorio respetar una banda de seguridad de 20 m, es decir pulverizar plaguicidas como mínimo a 20 metros del agua, y además sólo usar productos con metalocloro una vez cada tres años.

Dudo que se hayan respetado esas normas. Si no somos capaces de respetar la salud de los humanos… Cómo vamos a respetar la salud de otros tipos de vida…

Algunos medios comentan que actualmente no se cumplen los requisitos europeos de agua potable porque los criterios que fijan la potabilidad del agua se han endurecido. En cualquier caso, la existencia de plaguicida en los pantanos indica una mala praxis (dosis aplicada mayor a la recomendada, aplicación con condiciones meteorológicas adversas, no respetar banda de seguridad, etc.)


Imagen 2. Captura de una imagen satélite presente en Google Maps. No siempre se respeta una distancia de 20 metros entre el terreno cultivado y el río Tormes.

También se podría argumentar que las reglas que se le ponen al agricultor son demasiado severas. Sin embargo, en este caso, el respetar la normativa probablemente beneficiarían al propio agricultor. El hecho de que haya demasiado plaguicida en el pantano indica también un malgasto de plaguicidas. Ya que el plaguicida que está en el pantano se ha desperdiciado y no ha cumplido su función en la zona de cultivo.

Por otra parte, respetar la norma de aplicación de metalocloro sólo una vez cada tres años, también beneficiaría al propio agricultor. Forzaría a cambiar de ingrediente activo herbicida cada año o cada dos años y evitaría la aparición de resistencia de malas hierbas al metalocloro, tal y como a ocurrido en otros países como en EE.UU.

Por estas razones, el buen hacer de los agricultores es más necesario que nunca. No sólo para producir alimentos si no para cuidar el medio ambiente y la salud de las personas.

¿Cómo calcular la dosis de herbicida para superficies pequeñas?

Las dosis de los herbicidas suelen venir en unidades grandes (por ejemplo, litros/hectárea) aún cuando el herbicida viene en formato pequeño para uso en situaciones no profesionales (jardín, huerta, caminos, etc.). En muchos casos no es ni siquiera necesario llenar de todo la mochila de pulverización. En el siguiente vídeo mostramos cómo calcular cuanto debes llenar tu mochila de pulverización en función de la superficie que vas a tratar. (Si no te gustan los vídeos, en esta entrada explico con letra cómo calcular la dosis)

Una vez obtenido y mezclada con agua la dosis, debemos aplicar el caldo de glifosato de forma rápida sin que llegue a percolar en el suelo ya que las hierbas absorben el glifosato por las partes aéreas, es decir, hojas y tallo y nunca por las raíces. Por eso, es mejor aplicar rápido y tener que hacer dos o más pasadas, que aplicar lento y que no llegue el caldo para toda la superficie. En el siguiente vídeo mostramos cómo preparar la mezcla y como aplicar rápido.

Aunque no lo parezca, el glifosato es letal para las hierbas a concentraciones bajas y no hace falta empapar las malas hierbas. De hecho, si veis el anterior vídeo podéis ver el «antes» de la aplicación. Y en las siguientes imágenes el «después» (15 días después de la aplicación):

Por último y a modo de anécdota, comentar que una vez terminada la aplicación, decidí lavar la mochila de pulverización y ya que no se puede echar el agua de aclarado por el desagüe, probé a pulverizar ese agua en unas hierbas que se cortan a modo de césped entre el muro y el embaldosado. Pensaba que el residuo de glifosato que quedaba en la mochila solamente les iba a quemar las puntas a las hierbas. Pues en la siguiente foto, veis el resultado: aniquilación total. Sobrevivieron las hierbas en la zona de la manguera ya que allí no pulvericé…

Por eso, una vez más, reincidir en la letalidad del glifosato, no echéis más dosis de la recomendada y no empapéis ni la mala hierba ni el suelo. ¡No es necesario!

Desde mi punto de vista, la siega química con glifosato debe de ser el último método de siega. Si podéis arrancar las hierbas mecánica o manualmente, mejor.

Gracias por vuestra atención. No dudéis en dejar un comentario. ¡Un saludo!

Fitosanitarios aptos para agricultura ecológica en España

En España el ministerio de Agricultura publica los fitosanitarios registrados para cada cultivo.
Sin embargo, el buscador del ministerio no permite filtrar aquellos fitosanitarios aptos para agricultura ecológica.

Son los organismos certificadores, los encargados de verificar que un fitosanitario cumple los requisitos del reglamento de la Unión Europea. Para más información podéis visitar este enlace.

A modo de aproximación y sin haber verificado todas las particularidades pongo en el siguiente archivo cuáles son los fitosanitarios registrados que a priori cumplirían los requisitos de agricultura ecológica para los principales cultivos en España en cuanto a área cultivada: olivo, vid, cereales y frutos cítricos (también he incluído el maíz). Dicho de otra manera:

LISTADO DE PRODUCTOS APTOS PARA USO EN AGRICULTURA ECOLÓGICA/ORGÁNICA (importante, ir al fondo del listado para descargar el archivo más actualizado)

Cuando digo a particularidades, me refiero a que los organismos certificadores no sólo tienen que revisar si la materia activa está permitida en agricultura ecológica sino en qué situaciones y de qué forma se usa. Por ejemplo, el ácido pelargónico, está permitido en agricultura ecológica siempre que no se utilice como herbicida. Estas particularidades no las he revisado de forma exhaustiva para cada producto por falta de tiempo.

En cualquier caso, por si os sirve, os adjunto el siguiente archivo con todos los productos (aptos o no para agricultura ecológica)para los mismos cultivos:

Iré añadiendo otros archivos periódicamente (cada tres meses en principio). Si estáis interesados en cualquier otro cultivo no dudéis en dejar un comentario o escribirme a limitemaximoresiduos@gmail.com

Para obtener datos fidedignos y revisados con mayor periocidad, os recomiendo la base de datos Homologa

Fincas de cereal en Carballo, 2022

¿Cómo calcular cuanto fitosanitario echar por mochila de pulverización?

Para calcular la cantidad de fitosanitario a echar por mochila pueden darse distintas situaciones. Lo más sencillo es usar la fórmula Volumen de la mochila x Dosis de producto/ Dosis de agua. Para aplicar esta fórmula la dosis de producto y la dosis de agua tienen que ir en las mismas unidades. O bien ambas en litros/hectárea (l/ha) o bien ambas en litros/metro cuadrado (l/m2) o bien el litros/1000m2, etc. Sin embargo, si las fórmulas no te gustan o tienes dudas, en esta entrada veremos qué cálculos hacer si las unidades no son las mismas o si la superficie que tienes que pulverizar es tan pequeña que ni siquiera necesitas una mochila de pulverización llena. En esta entrada ofrecemos los pasos a seguir para las tres situaciones más frecuentes.

Nota: En algunos países a la mochila de pulverización se le conoce como bomba de pulverización. Y sí, en este artículo explicamos cómo se calcula la dosis por bomba.

Safapalanadan94, CC BY-SA 4.0 https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0, via Wikimedia Commons

Situación 1: En un sobre de 15 gramos nos dan la dosis de producto en gramos/100 m2 (g/100m2) y la dosis de agua en litros/metro cuadrado (l/m2)

Imagen 1.1 Insecticida biológico Xentari GD. Sobre de 15 gramos

Antes de aplicar la fórmula Volumen de la mochila x Dosis de producto/ Dosis de agua debería estar la dosis de producto y la dosis de agua en las mismas unidades y no lo están.

Tenemos la opción de pasarlos todo a la misma unidad.

Antes de eso, pongamos por caso que queremos tratar una hilera de boj de 10 metros cuadrados solamente. Vamos a la tabla (ver imagen 1.1) y tomamos nota de las dosis para «ornamentales herbáceas». Vemos que la dosis de producto viene en un rango de 7,5 a 10 g /100m2 y la dosis de agua es 1 l/10m2.

Por simplificar los cálculos seleccionamos la dosis máxima del rango por lo que nos queda:

Dosis de producto: 10 g/100m2

Dosis de agua: 1 l/10m2

Para aplicar la fórmula inicial pasemos todo a las mismas unidades. Si dividimos la dosis de producto tanto en numerador como en denominador entre 10 nos queda

Dosis de producto: 1 g/10m2

Dosis de agua: 1l/10m2

Ahora sí que tenemos ambas dosis en las mismas unidades.

Es hora de aplicar la fórmula, pero antes hay que saber cuál es el volumen de nuestra mochila de pulverización. Imaginemos que es de 15 litros.

Aplicamos la fórmula:

Volumen de la mochila x Dosis de producto/ Dosis de agua

15 x 1 /1= 15

Por lo tanto tenemos que echar 15 gramos de producto a cada mochila de pulverización (es decir el sobre entero).

Por eso, echamos un poco de agua en la mochila, vertemos el contenido del sobre y rellenamos de agua hasta los 15 litros totales.

Pero ¡OJO! si la dosis de agua es 1 litro/10 m2 y la hilera de boj que queremos tratar es de 10 metros cuadrados, no nos hace falta pulverizar los quince litros de la mochila. Con solo 1 litro bastaría.

Por esta razón, si solo necesitamos pulverizar una hilera de boj de 10 metros cuadrados, nos bastará con echar un quincevo (1/15) del sobre en la mochila y añadir un litro de agua.

Posteriormente calcular a ojo para que ese litro quede bien repartido a lo largo de la hilera. Por eso es mejor hacer varias pasadas rápidas hasta que se acabe ese litro.

Mucha gente decide echar el sobre entero y pulverizar los 15 litros. Esto es una mala práctica porque vamos a estar desperdiciando producto, vamos a hacer que mueran muchas larvas de otros insectos beneficiosos. Es decir, un sinsentido.

Situación 2: En un sobre, nos dan la dosis de producto en gramos por hectolitro y la dosis de agua (mejor dicho, dosis de caldo) en litros por hectárea

Imagen 2.1: Nos dan la dosis en g/Hl
Imagen 2.2: Nos dan la dosis de caldo en litros por hectárea.

En las imágenes podemos ver cuáles son las dosis de producto y la dosis de caldo para el insecticida IMIDAN WP.

Por ejemplo, ¿cómo calcular la cantidad de producto que debemos disolver en la mochila de pulverización para aplicar el insecticida ?

  1. Leer la etiqueta y anotar la dosis de producto y la dosis de caldo para el cultivo que queremos proteger
  2. Convertir la dosis de producto por hectolitro a dosis de producto por mochila
  3. Convertir la dosis de caldo por hectárea a metros cuadrados por mochila
  4. En caso de que haga falta menos de una mochila para pulverizar nuestro terreno porque es muy pequeño, calcular que fracción de mochila nos hará falta.

Así que para el manzano, el cálculo quedaría tal que:

  1. Los datos que obtenemos de la etiqueta son 150 g/Hl (dosis de producto) y 1000 l/ha (dosis de caldo)
  2. 150 g/Hl es equivalente a 150 g/100 litros. Como la mochila de pulverización lleva 20 litros, hay que dividir entre 5. De esta forma tendremos que echar 30 gramos de producto por mochila.
  3. 1000 l/ha, quiere decir que hay que aplicar 1000 l de caldo por cada 10000 metros cuadrados de finca. De esta forma si dividimos entre 50 ambas cantidades nos queda que 20 l de caldo , es decir una mochila llena, nos llegará para pulverizar 200 metros cuadrados de manzanos.
  4. Imaginemos que en nuestro caso, nuestra finca de manzanos es muy pequeña y sólo necesitamos pulverizar 100 metros cuadrados de manzanos (finca de 10 metros de largo por 10 metros de ancho). En ese caso habría que dividir tanto la dosis de producto obtenida en el paso 2, como la dosis de caldo entre 2. De esta manera, tendríamos que echar 10 litros de agua la mochila y disolver 15 gramos de producto

Nota: En los casos de fincas pequeñas las cantidades nos quedan muy pequeñas y es difícil pesar 15 gramos de producto. Por eso, lo ideal es comprar formatos de producto adaptados a la mochila, es decir, todo el contenido del sobre debe disolverse en la mochila, o bien, una parte del sobre fácilmente calculable. Por ejemplo, la mitad del sobre o un cuarto de sobre.

Situación 3: nos dan la dosis de producto y la dosis de agua , ambas en litros por hectárea.

En la siguiente imagen (3.1) podemos ver la etiqueta pegada en la botella del herbicida KINAN

Imagen 3.1. Nos dan tanto la dosis de producto como la dosis de caldo en litros por hectárea

El procedimiento de la situación 3 es ligeramente distinto al de la situación 2:

  1. Leer la etiqueta y anotar la dosis de producto y la dosis de caldo para el cultivo que queremos proteger
  2. Obtener el factor de conversión necesario para reducir la dosis de caldo al formato mochila (unos 20 litros)
  3. Aplicar el factor obtenido en el paso dos, a la dosis de producto para saber cuanto producto hay que echar en la mochila
  4. Aplicar el factor obtenido en el paso dos, para obtener cuanta superficie podemos pulverizar con una mochila llena.

De esta forma para obtener la cantidad de herbicida KINAN hay que aplicar a una finca de maíz, el cálculo quedaría:

  1. Los datos que obtenemos de la etiqueta son 1 a 1.5 litros por hectárea (dosis de producto) y 200 a 300 l/ha (dosis de caldo)
  2. Para simplicar cálculos escogemos la dosis menor de caldo, es decir 200 litros por hectárea. De esta forma, como la mochila tiene 20 litros, el factor de conversión es igual a 10
  3. Dividimos la dosis de producto por el factor de conversión. Por simplicar cálculos de nuevo escogemos la dosis de producto menor, en este caso, 1 litros hectárea. Al aplicarle el factor y dividir entre 10, nos queda que tenemos que diluir 0.1 litros de producto en la mochila. O lo que es lo mismo 100 mililitros de producto.
  4. Como la dosis que nos da la etiqueta es por hectárea y una hectárea son 10.000 metros cuadrados, si le aplicamos el factor hallado en el paso dos nos resulta que una mochila nos valdrá para pulverizar 1000 metros cuadrados de maíz (por ejemplo un rectángulo de 50 x 20 metros)

Por último, comentar que le he preguntado a ChatGPT ¿cómo calcular la dosis por mochila? y los resultados han sido muy buenos en inglés (ver imagen abajo 3.2) pero no tan buenos en español (ver imagen abajo 3.1). Por eso creo que esta entrada de blog puede resultar de utilidad para los hispanohablantes.

Imagen 3.1 en la que ChatGPT explica en español como calcular la dosis por mochila de pulverización
Imagen 3.2 ChatGPT explica en inglés cómo calcular la dosis por mochila de pulverización

¡Espero que os haya resultado de utilidad limareños!

Insecticidas prohibidos, breve historia.

La historia de los insecticidas gira en torno a tres factores:

-Su efectividad (capacidad de matar insectos)

-Su toxicidad hacia los humanos

-Su toxicidad hacia el medio ambiente

Aplicación de un fitosanitario en una finca de cítricos. CSIRO, CC BY 3.0 https://creativecommons.org/licenses/by/3.0, via Wikimedia Commons

Para medir la toxicidad hacia los humanos la Organización Mundial de la Salud (OMS) ofrece la siguiente clasificación (ver tabla 1). Por ejemplo, bajo la categoría Ia están los insecticidas que a una dosis oral de menos de 5 mg de insecticida por kg de peso de la rata suponen la muerte de la misma. O bien que a una dosis dérmica de menos de 50 mg/kg suponen también su muerte.

Precisamente en la siguiente categoría Ib (muy peligroso) se encuentra uno de los primeros insecticidas que fue utilizado ampliamente durante los inicios del siglo XX, el Verde de París (Paris Green). Este insecticida está compuesto de acetoarsenito de cobre y forma parte del primer grupo de insecticidas: compuestos inorgánicos de arsénico.

Insecticida «Verde de París» By Chris goulet at English Wikipedia, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=44702151

El hecho de que los insecticidas inorgánicos de arsénico sean muy tóxicos para los humanos provocaron su desuso y su sustitución por el siguiente grupo de insecticidas: los organoclorados

Hasta la mitad del siglo XX se usaron los insecticidas organoclarados. Entre ellos destaca el DDT que es un insecticida muy efectivo contra insectos. El DDT fue clave para erradicar la malaria de Europa (pues el mosquito vector de la malaria era común en algunas zonas de Italia y Grecia). Un hecho sorprendente fue el uso del DDT en la segunda guerra mundial para desparasitar a los soldados ya que a pesar de que el DDT es menos tóxico que el verde de París, no deja de ser moderadamente tóxico (categoría II según la OMS). Por eso no deja de ser impactante la siguiente imagen en la que se aplica DDT directamente a un soldado

Soldado al que se le aplica DDT. By Image and description Content Providers(s): CDC – http://phil.cdc.gov/phil/details.asp?pid=2620 (PHIL 2620), Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=1889029

Por otra parte, el DDT y los organoclorados resultaron ser muy dañinos para la fauna silvestre. La publicación en 1962 de el libro Primavera silenciosa tuvo gran repercusión y fue clave para la prohibición en EE.UU. del uso del DDT. Asimismo, a raíz de la publicación de este libro surgió un movimiento social que dio lugar a la creación en EE.UU. de la EPA (agencia de protección del medio ambiente).

No deja de resultar llamativo que mientras en países como España o Argentina el organismo que autoriza los fitosanitarios (entre los que están los insecticidas) depende del ministerio/secretaría de agricultura, en otros países como Reino Unido o Brasil las autorizaciones dependen del ministerio de sanidad; en EE.UU. por contra dependen de la EPA (algo así como el ministerio de medio ambiente). Esto es un signo más, del gran impacto que tuvo Primavera silenciosa en EE.UU. al divulgar los perniciosos efectos que tenía el DDT en la fauna: muerte masiva de aves migradoras, muerte de salmones, muerte de aves rapaces, etc.

El animal más rápido de la tierra, el halcón peregrino todavía padece los efectos del uso ilegal de DDT. De Carlos Delgado – Trabajo propio, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=38755194

Por razones fundamentalmente medioambientales, el uso de insecticidas organoclorados fue clayendo en desuso y dio paso a los insecticidas organofosforados.

Los organofosforados son menos persistentes en el medio ambiente que los organoclorados. Eso los hace menos dañinos contra la fauna. Sin embargo, eso no quitan que sigan siendo tóxicos. De hecho, algunos organofosforados tal como el parathion tienen una categoría de toxicidad Ib. Incluso aquellos organofosforados menos tóxicos de categoría II como el clorpirifós, recientemente se ha prohibido en la Unión Europea. La prohibición del clorpirifós ha dejado muy pocas alternativas a los agricultores de cítricos para combatir el cotonet de Sudáfrica. De esta forma los agricultores tienen que hacer malabares y a veces trabajos casi perfectos (cumplir a rajatabla las buenas prácticas agrícolas, GAP) para poder mantener rentables sus explotaciones. Pero bueno, esto es otra historia…

En realidad el grupo con mayor número de casos con toxicidad poco peligrosa (categoría III) lo representan el siguiente gran grupo de insecticidas: los piretroides. Conocidos desde antiguo ya que la piretrina proviene de forma natural de un tipo de crisantemo, no fue hasta el año 1972 que se logró sintetizar el primer piretroide fotoestable: la permetrina (nota: es importante que sea fotoestable para que tenga efectividad en exteriores). La baja peligrosidad de la permetrina hace que se pueda usar en los insecticidas para uso en el hogar.

Tanacetum cinerariifolium, crisantemo que sintetiza la piretrina de forma natural. De KENPEI – KENPEI’s photo, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=2210117

Ya en los años 80 surge un nuevo gran grupo de insecticidas: los neonicotinoides. Estos tratan de emular la nicotina (insecticida natural producido por la planta del tabaco). Los neonicotinoides son de categorías II (moderadamente peligroso) y III(poco peligroso) en cuanto a toxicidad para humanos y fueron muy útiles para combatir los insectos que comenzaban a ser resistentes a los piretroides. Sin embargo, su implicación en el declive de las abejas, llevó a la Unión Europea a prohibirlos.

La prohibición de los neonicotinoides busca proteger a las abejas. By Charles J. Sharp – Own work, from Sharp Photography, sharpphotography, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=32721811

Curiosamente en Australia no se han prohibido los neonicotinoides y la produción de miel no parece verse afectada por la irrupción de los neonicotinoides en los 80. En cualquier caso, cuanto menor sea el uso de insecticidas seguro que es beneficioso para las abejas y para el medio en general.

Fuente: https://www.agrifutures.com.au/wp-content/uploads/2021/02/20-136.pdf

Por último se descubren y se crean los bioinsecticidas tales como las bacterias Bacillus thuringiensis o Beauvaria bassiana. De estos cabe señalar que siguen siendo tóxicos tanto para humanos como para el medio ambiente pero por supuesto mucho menos tóxicos que los organoclorados y los organofosforados.

Por eso y a modo de conclusión cabe resaltar que hay que evitar el uso abusivo de cualquier tipo de insecticida para evitar que surjan resistencias por parte de las plagas, así como usar los insecticidas sólo cuando sea estrictamente necesario y cumpliendo las buenas prácticas agrícolas para poder proteger el medio que nos soporta.

Finalmente y a modo de resumen simplista de la historia de los insecticidas dejo esta tabla cronológica. Espero que os haya sido útil. No dudéis en dejarme un comentario para corregir posibles incorrecciones. ¡Un saludo!

Grupo insecticidaAños
Compuestos inorgánicos de arsenio1900-1930
Organoclorados1930-1960
Organofosforados1960-2020
Piretroides1980-actualidad
Neonicotinoides1980-2020
Fechas muy aproximadas y a modo de resumen acerca de la cronología de los insecticidas. Fuente: elaboración propia.