La lucha química contra las hierbas de interés no agronómico, también llamadas adventicias e incluso «malas hierbas» ha traído la liberación de una enorme cantidad de personas. Antiguamente, el agricultor y su familia al completo tenían que dedicar buena parte de su tiempo a la escarda manual de hierbas, es decir, a arrancar aquellas plantas que competían con los cultivos.

En un principio los herbicidas tenían que ser dirigidos hacia las hierbas adventicias. Y aún hoy en día, si utilizamos un herbicida de acción total y pulverizamos por error una planta de cultivo, la planta muere. Posteriormente se fueron creando herbicidas selectivos que sólo afectaban a las malas hierbas y en una menor medida (que le permitía la supervivencia y prevalencia) al cultivo.
Posteriormente y gracias al avance de la biotecnología, se crearon los cultivos transgénicos resistentes a herbicidas. Esta resistencia del propio cultivo al herbicida, ha provocado, que en algunos casos se haya abusado de su uso. Tanto se ha abusado, que las hierbas adventicias empezaron a desarrollar más y más resistencia. La respuesta de una parte de la industria fue el uso de más y más materias activas combinadas.

Antiguamente, para controlar las malas hierbas en una finca donde se cultivaba máiz transgénico resistente al glifosato, bastaba con pulverizar glifosato. Las malas hierbas perecían y el maíz prosperaba. Como se ve en la imagen superior, hoy se necesitan hasta cuatro materias activas (biciclopirone, glifosato, mesotrione y se-metolaclor) para conseguir el mismo efecto.
Y aún así parece no ser suficiente. En algunos estados de EE.UU. tienen problemas para controlar hierbas como el Amaranthus palmeri. Esta adventicia cuando mide poco más que unos pocos centímetros todavía en el estadio de plántula, si es rociada con herbicida, es capaz de desarrollar semillas antes de morir. Así lo relataba The New York Times en este artículo publicado el pasado mes de agosto titulado «El ataque de las super adventicias»
Desde luego, la solución vuelve a ser, como siempre, un control integrado de plagas que combina distintas estrategias (rotaciones, uso de distintas materias activas, barbechos, etc)
¡Un saludo limareños!